Hace exactamente un año, un ejecutivo de una empresa farmacéutica (cuya identidad no revelaremos) nos contactó interesado en clases de golf.
Una vez le encontramos un grupo y un profesor acorde a su perfil, nos contó que le habían recomendado el golf para desconectar del estrés del trabajo. El golf en sí no le llamaba mucho la atención, pero era consciente de que necesitaba una hora semanal en la que no pensase en trabajo.
Solo necesitó un trimestre para engancharse. Tanto fue así que decidió comprarse su propio material pasados unos meses y empezó a escaparse a practicar con más frecuencia.
A principios de año, se federó y jugó sus primeros hoyos en el campo, y al finalizar el curso primaveral, antes del parón de verano, ya tenía hándicap. A la vuelta de las vacaciones, nos contó que incluso había jugado varios torneos en agosto.
Ayer domingo, un año después de su primera clase, GANÓ SU PRIMER TORNEO DE GOLF 🏆 (Stableford Hándicap). Nos escribió por la noche, emocionado, para compartir la noticia.
Más allá de la victoria, J.L.C representa a muchas personas que deciden empezar a jugar a golf por motivos totalmente ajenos al propio golf, pero que por la singularidad de este deporte, acaban enganchándose y encontrando una vía de escape frente al estrés o a la rutina.
¡Nos alegramos mucho por ti, J.! 🥳🙌🏽
y tú, ¿has conocido algún caso parecido? 🧐⬇️